
En Argentina la noticia del día cambia más rápido que el precio del tomate. Mientras los supermercados parecen sets de filmación de Polka en su etapa más dramática —con gente llorando en góndolas vacías y música de fondo estilo “Valientes” versión distópica—, el Gobierno, con su traje de buenos alumnos del Fondo Monetario, decidió relajar el cepo.