¿Porque hay que hablar del papa Francisco?

Editoriales04 de marzo de 2025 Damian Ezequiel Gomez
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Una pequeña anécdota

Vengo de una familia más o menos “moderna” por ende, ciertos valores tradicionales y dogmáticos no estaban tan presentes… No vengo de una educación religiosa, tampoco vengo de una familia religiosa o creyente, de hecho, no fui ni soy practicante, en mi familia de vez en cuando creemos lo justo y necesario para entender que existen fuerzas que están por sobre nuestro entendimiento y que a veces hay que solamente creer, sin tantas vueltas, solo elegir creer.

Hago esta breve introducción para ponerlos en contexto y que me entiendan de que a causa de todo esto, cuando la figura del Papa francisco emergió como sumo pontífice del vaticano, cuando fue el nombre mas mundialmente conocido y a los cuatro vientos se gritaba “EL PAPA ES ARGENTINO” lamentablemente en mí no tuvo el impacto que merecía tener en su momento a causa de todo mi contexto, que hubiera sido distinto claro esta si la religiosidad y el cristianismo estaba más presente en mí, para eso momento fue más que la simple anécdota muy relevante. Sin embargo, gracias a los años, la experiencia, la lectura, el afán por conocer más la historia del mundo, el deseo de conocer más lo que significa una comunidad, la humanidad y entender los valores que son parte de la construcción de un “ser humano” hoy eso cambio, y a causa de esto mis palabras para describir el fenómeno también…

Poniendo su lugar en la historia

Hoy entiendo que tener un Papa argentino no es solo una cuestión de orgullo nacional o de anécdota simpática para contar. No es solo la historia de un cura de barrio que llegó al Vaticano. Es mucho más… Es entender que, en un mundo donde los símbolos importan, donde los gestos construyen relaciones y donde la geopolítica no es ajena a la fe, Francisco es una figura de peso, un actor clave en la escena internacional. Y ese peso, queramos o no, tiene impacto directo en Argentina y en nuestra manera de vernos como país.

Francisco no es un Papa cualquiera. Desde el momento en que eligió su nombre y decidió marcar su papado con una línea clara a favor de los pobres, los marginados y los olvidados, dejó en claro que su rol no sería el de un simple administrador del Vaticano. Su mirada siempre estuvo puesta en los conflictos del mundo, en las tensiones sociales, en los procesos políticos. Es un líder espiritual, sí, pero también es un líder comunitario, y lo comunitario es político también.

En la geopolítica global, el Papa no es un actor menor. No es casualidad que los líderes de todo el mundo busquen su bendición, su mediación o al menos su gesto de aprobación. Francisco ha sido clave en procesos de paz, ha intervenido en conflictos, ha marcado posición en debates cruciales. Su mensaje sobre la pobreza, la desigualdad, la migración y el medio ambiente no son discursos vacíos o carentes de impacto. De hecho, la importancia y la relevancia que puede tomar la fe en la historia mundial sigue siendo igual de grande que hace mil años. Tal vez hoy se ve desde otro punto, desde otra mirada, pero no significa que su relevancia haya bajado o disminuido, es parte del proceso donde la religión no ocupara el panorama que ordena la vida social y política, pero si la comunitaria y la creencia sigue necesitando religiones para subsistir, todos mas o menos, queremos encontrar la respuesta de la vida.

Y acá es donde la cosa se pone interesante. Porque mientras el mundo reconoce su liderazgo, en Argentina, su propio país, su figura genera ruido. Está el que lo ve como un faro moral, el que lo admira sin cuestionar. Pero también está el que lo rechaza, el que lo critica, el que lo acusa de meterse en política por el mero hecho de que Francisco tiene sus ideas, sus posturas, al fin y al cabo, es humano, y es peronista.

Concluyendo

Para cerrar, no se trata solo de rezar por él. Se trata de entender el peso de su liderazgo, de reconocer el rol que juega en la política global y de asumir que, nos guste o no, tener un Papa argentino es una de esas cosas que nos trascienden, que nos ponen en el mapa, que nos obligan a mirar más allá. Entendiendo que Argentina es grande, sus personas son grandes, y que francisco, el primero con el nombre, hoy gobierna un símbolo de paz, un símbolo de poder, hoy es el representando del catolicismo, y hasta alguien que no esta pegado ni profesa religiones como yo, hasta a veces cree mas en el agnosticismo que en otra cosa, te dice la importancia de su figura y porque Hoy por hoy, hay que rezar por francisco. 

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