El muerto que le tiraron a Kicillof: condenan al falso perito del caso Facundo

Plantó huesos de vaca y hasta "esencia" con un perro para involucrar a la Bonaerense. Usó sus maniobras para influir en una causa con fuerte impacto político. Sospechan complicidad opositora.

Policiales23 de abril de 2025
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El escándalo que envolvió al caso Facundo Astudillo Castro sumó un capítulo clave este martes: el Tribunal Oral Federal de Bahía Blanca sentenció a siete años de prisión a Marcos Herrero, el falso perito acusado de plantar pruebas falsas para desviar la investigación hacia una supuesta desaparición forzada que nunca existió.

Herrero, autodenominado adiestrador canino, fue hallado culpable de "falso testimonio agravado y reiterado" por haber introducido pruebas completamente falsas —incluyendo amuletos, cabellos humanos y hasta huesos de vaca— con la intención de inculpar a efectivos de la Policía Bonaerense. Sus acciones, según se reveló en el juicio, respondían a un patrón sistemático y premeditado, que combinaba lo insólito con lo macabro.

El montaje con el perro Yatel y la "esencia" de Facundo
Utilizando a su perro Yatel como supuesto detector de restos humanos y objetos personales, Herrero montó escenas falsas en diversos puntos claves de la investigación. Alegó que su can había encontrado "la esencia" de Facundo en patrulleros y comisarías, y presentó huesos hallados tras recibir datos de una vidente. Todos estos elementos fueron posteriormente desmentidos por análisis forenses.

Un objetivo político detrás del montaje
El trasfondo de la causa va más allá del engaño individual. Según revelaciones periodísticas, sectores de la oposición política habrían impulsado la teoría de desaparición forzada para perjudicar a figuras del oficialismo, como el gobernador bonaerense Axel Kicillof y el entonces ministro de Seguridad, Sergio Berni. El objetivo: instalar mediáticamente un nuevo "caso Maldonado".

El periodista Germán Sasso, quien investigó a fondo el accionar de Herrero en su libro El Coleccionista de Huesos, aseguró que el perito fue utilizado como una pieza clave para sostener una narrativa sin sustento jurídico. Según Sasso, los abogados querellantes vinculados a la UCR facilitaron la llegada del falso experto al expediente.

Un modus operandi repetido en todo el país
La causa Facundo no fue un hecho aislado. Herrero habría replicado su estrategia en al menos veinte causas judiciales, en distintas provincias, utilizando restos óseos que guardaba en su propia casa. Incluso, llegó a plantar un cráneo humano en Mendoza y alegar que había hallado una dentadura de una mujer desaparecida, que luego resultó coincidir con el mismo cráneo.

Una de sus intervenciones más absurdas fue en Río Gallegos, donde afirmó haber encontrado dólares termosellados relacionados con la familia Kirchner. Finalmente, se trataba de una caja de zapatos forrada con billetes de "El Estanciero", un juego de mesa.

La autopsia desmintió la desaparición forzada
En septiembre de 2020, el Equipo Argentino de Antropología Forense concluyó que Facundo Astudillo Castro murió ahogado, sin signos de violencia ni intervención de terceros. A partir de ese momento, las pruebas presentadas por Herrero comenzaron a desmoronarse, quedando en evidencia el montaje.

La investigación continúa: buscan a los cómplices
Tras la condena a Herrero, la Justicia pone ahora el foco en los abogados de la querella. Algunos fiscales sospechan que el falso perito no actuó solo y que podría haber contado con cómplices interesados en direccionar políticamente la causa. Las indagaciones ya están en marcha.

El caso representa un crudo ejemplo de cómo la manipulación de pruebas puede tergiversar la verdad judicial, y cómo intereses ajenos a la justicia pueden poner en jaque el debido proceso en causas de alto impacto social y político.

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