Comida en cuotas: crece el uso de tarjeta para llenar el changuito

Casi la mitad de los argentinos recurre a la tarjeta de crédito para comprar alimentos, reflejando el deterioro del poder adquisitivo y el endeudamiento de las familias en plena recesión.

Economía08 de agosto de 2025
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Un informe del Centro de Estudios para la Recuperación Argentina (CentroRA) de la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA reveló que el uso de la tarjeta de crédito para compras en supermercados pasó del 39% al 46% en los últimos meses. Este salto evidencia que cada vez más hogares necesitan financiar la comida para llegar a fin de mes.

La politóloga Mara Pegoraro, profesora titular de Ciencia Política en la UBA y coordinadora del CentroRA, explicó que el fenómeno responde a un fuerte deterioro del poder de compra, especialmente en la clase media. “Los salarios no alcanzan para cubrir todo el mes. Comprar comida en cuotas ya no es una estrategia ocasional, sino una necesidad”, advirtió en declaraciones radiales.

Endeudamiento en la mesa
El informe detalla que, en paralelo al aumento del crédito, el uso de efectivo para compras de alimentos cayó del 20% al 16%, y el de tarjeta de débito se redujo del 34% al 27%. Para Pegoraro, esta baja confirma que no se trata solo de aprovechar promociones: “Si fuera por descuentos, no veríamos esta retracción en débito. Es que no hay saldo para pagar al contado”.

La especialista remarcó que el endeudamiento se da en bienes de primera necesidad, lo que implica una alarma social mayor. “No hablamos de financiar salidas o lujos, sino de estirar el gasto en comida. Esto muestra una recesión que golpea directamente la mesa de los argentinos”.

Entre los datos y la realidad
Pegoraro cuestionó que el Gobierno presente indicadores aislados como señales de mejora, como un repunte de la actividad o la baja de la inflación mensual. “Hay que mirar el contexto: el aumento del crédito para comprar alimentos es un termómetro claro de que el poder adquisitivo no se recupera”, sostuvo.

Con el uso del plástico en alza y el pago en cuotas como recurso de supervivencia, el consumo básico se transforma en deuda. Una postal que, más que optimismo económico, refleja las tensiones de miles de familias que hoy necesitan financiar lo que antes pagaban de contado.

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