El FMI advierte: la deuda argentina es “sostenible, pero con riesgos elevados”

El organismo revisó el acuerdo y flexibilizó las metas de reservas, pero exigió más disciplina fiscal, nuevos bonos para inversores extranjeros y una reformulación del índice de precios al consumidor

Política01 de agosto de 2025
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El Fondo Monetario Internacional (FMI) publicó su primer informe tras la revisión del acuerdo con la Argentina y lanzó un mensaje claro: la deuda pública sigue siendo “sostenible, pero con riesgos elevados”. El diagnóstico obliga al Gobierno a cumplir con un programa económico ajustado, en un contexto de fragilidad externa y dependencia de los mercados financieros.

El staff del organismo identificó tres puntos críticos para la sostenibilidad de la deuda, que hoy ronda el 80% del PBI:

Reservas netas en rojo: El país deberá sumar USD 5.500 millones en 2025, partiendo de un déficit de USD 8.200 millones registrado en abril. Recién en 2027 se espera volver a la trayectoria original de acumulación prevista en el acuerdo.
Altas necesidades de financiamiento: Hasta 2027, el Tesoro enfrentará vencimientos en moneda extranjera por hasta USD 10.000 millones entre agosto de este año y enero de 2026, con un mercado interno que el FMI califica como “poco profundo”.
Dependencia de capital externo: El Fondo insiste en que el Gobierno emita bonos en pesos suscriptos en dólares para atraer a inversores internacionales, pese a que las últimas licitaciones tuvieron baja participación privada.

Uno de los puntos más sensibles del informe es el pedido de reformular el índice de precios al consumidor (IPC), dando a entender que la medición actual no refleja con precisión la dinámica inflacionaria. Esta revisión es clave, ya que las metas del acuerdo se sostienen sobre proyecciones basadas en la inflación oficial.

Si bien el FMI reconoce algunos avances —inflación a la baja (1,6% mensual en junio), crecimiento estimado en 5,5% y cumplimiento del superávit primario— advierte que el equilibrio es frágil. Depende de una política fiscal estricta, privatizaciones como la de AySA, emisiones de deuda en dólares y una acumulación de reservas que requiere “planes de contingencia” ante cualquier shock externo o político.

El mensaje final es explícito: la sostenibilidad de la deuda no está garantizada con alta probabilidad, y cualquier desvío obligaría a un nuevo ajuste. En otras palabras, el programa sigue atado a la capacidad de la Argentina de seducir a los mercados, reforzar sus reservas y demostrar que puede cumplir con sus pagos.

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