La SIDE se instala junto a la Cámara Electoral en plena campaña

El Gobierno reubica la Secretaría de Inteligencia en un edificio contiguo a la Cámara Nacional Electoral, a pocas semanas de los comicios. La decisión genera inquietud por su cercanía simbólica y política con el organismo que regula las elecciones.

Política16 de julio de 2025
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En una maniobra que despierta fuertes suspicacias, el Gobierno nacional mudará la sede de la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE) a un edificio ubicado justo al lado de la Cámara Nacional Electoral (CNE), a escasas semanas de las elecciones. Esta reubicación coincide con la finalización del traslado del Archivo General de la Nación, que liberará las oficinas que ahora serán ocupadas por los servicios de inteligencia.

El inmueble en cuestión se encuentra sobre la avenida Leandro N. Alem 246, en la Ciudad de Buenos Aires, y estaba destinado hasta ahora a conservar material histórico y una biblioteca de más de 100.000 volúmenes. Según fuentes oficiales, el edificio ya no cumplía con las condiciones adecuadas para preservar documentación por problemas de humedad y filtraciones. Todo el acervo será trasladado a la sede de Parque Patricios, en Rondeau 2277.

Desde la Casa Rosada aseguraron que esta mudanza estaba prevista "desde hace meses" y que responde a cuestiones logísticas. Sin embargo, la nueva función que se dará al edificio –como sede de inteligencia– encendió alertas por su proximidad con la CNE, órgano clave del Poder Judicial en la supervisión del proceso electoral.

El movimiento, interpretado por algunos sectores como una jugada de poder dentro del Ejecutivo, pone nuevamente en el centro de la escena a Santiago Caputo, operador estratégico del oficialismo y principal articulador de los servicios de inteligencia. Su influencia crece a medida que el aparato estatal cede espacios a su control, desplazando a figuras como Guillermo Francos.

“Esto no es solo simbólico, es una disputa interna por recursos y poder institucional”, advirtió una fuente política al tanto de la reorganización. La cercanía física entre la SIDE y la CNE, en este contexto electoral, despierta cuestionamientos sobre la autonomía de los organismos y el uso del aparato estatal en tiempos de campaña.

La decisión también vuelve a poner bajo la lupa la gestión de los archivos vinculados a la última dictadura militar. En marzo pasado, el Gobierno había anunciado la desclasificación de documentos secretos de inteligencia, una medida que fue criticada por exfuncionarios que aseguraron que esa tarea ya había sido realizada por gestiones anteriores.

El director del Archivo General de la Nación, Emilio Perina Konstantinovsky, es el encargado de esta iniciativa, que depende administrativamente de la Secretaría de Interior que lidera Lisandro Catalán, número dos de Francos. Desde el Gobierno se aclaró que esta vez la desclasificación será accesible al público general a través de la web oficial, a diferencia de anuncios pasados que solo habilitaban el acceso a investigadores.

En este complejo escenario, la reconfiguración de espacios estatales y su simbología institucional cobran un peso inédito. Con los servicios de inteligencia a metros de la autoridad electoral nacional y con una campaña en marcha, las tensiones por la transparencia y la neutralidad del proceso democrático se instalan en el debate público.

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