Terror en Pilar: asalto con rehenes sacude exclusivo country

Una violenta noche de terror se vivió en el exclusivo Country Club Mapuche de Pilar, cuando un grupo de delincuentes armados irrumpió en una vivienda y tomó rehenes. El hecho mantiene en vilo a los vecinos y genera un operativo policial de gran escala mientras las autoridades intentan determinar si los asaltantes aún permanecen dentro del barrio cerrado.

Según los primeros reportes, los delincuentes —al menos tres, según testigos— sorprendieron a una mujer dentro de su casa, la maniataron y le robaron joyas y objetos de valor antes de intentar darse a la fuga con una bolsa cargada de pertenencias. El intento de escape fue frustrado cuando los vecinos se percataron del hecho, generando una situación caótica que llevó al cierre total del acceso al predio.

Uno de los residentes relató el momento de tensión: “Estamos asustados, hay policías por todos lados. Supuestamente están armados y tomaron rehenes en el club house”. La declaración alimenta la incertidumbre sobre la gravedad del hecho y el paradero de los delincuentes.

El country, ubicado en el kilómetro 48,500 de la Autopista Panamericana, cuenta con dos accesos estratégicos, también hacia Ruta 8. Según se investiga, los atacantes habrían ingresado ocultos en el vehículo de una familia residente, lo que pone en jaque los protocolos de seguridad del lugar.

Fuentes del operativo indicaron que hay dos hipótesis principales: los delincuentes lograron escapar en un vehículo de un vecino o aún se esconden en algún sector del barrio privado. La falta de imágenes de las cámaras de seguridad y la inoperatividad de los sensores perimetrales complica la investigación, ya que no se puede confirmar con certeza si los asaltantes abandonaron el predio.

El caso quedó a cargo de la Unidad Funcional de Instrucción Nº 1 de Pilar, dirigida por el fiscal Raúl Casal, que ya coordina los esfuerzos para esclarecer lo sucedido y dar con los responsables.

Mientras tanto, el clima dentro del country es de máxima tensión. Los residentes, alarmados y encerrados en sus casas, esperan una resolución que devuelva la tranquilidad a esta comunidad que, hasta ahora, se consideraba un refugio seguro.